lunes, 14 de enero de 2008

JAUME CARBONELL SEBARROJA,
director
ENERO 2008 Nº 375. CUADERNOS DE PEDAGOGÍA.

ed i t o r i a l

No hay razones para vaticinar el Apocalipsis ni para lanzar las campanas al vuelo. De poco sirven los diagnósticos simplistas y desinformados que sitúan a nuestro sistema educativo en lo más hondo del pozo, ni aquellos otros excesivamente complacientes que tratan de justificar lo injustificable. Ni tanto ni tan poco. No pueden obviarse los extraordinarios avances logrados en las últimas décadas para hacer efectivo el derecho a la educación, ni los esfuerzos e iniciativas que pueden tener efectos a me dio plazo. Pero tampoco pueden dejar de señalarse las debilidades existentes –arrastradas del pasado o producidas por nuevas circunstancias– que impiden el logro de una buena educación. En un diagnóstico de urgencia –tiempo habrá para los análisis más pulidos y matizados– éstas son las diez heridas que nos descubre el informe PISA y otros estudios recientes y que requieren intervenciones sólidas y compartidas para que cicatricen debidamente.

Primera. El estatus socioeconómico y cultural familiar y, sobre todo el nivel de estudios de los padres, repercute muy directamente en los resultados escolares de sus hijos. De ahí la importancia de promover la educación básica y permanente de personas adultas, un tramo demasiado olvidado en las últimas reformas educativas.
Segunda. Se entiende mal lo poco que se lee. El déficit en la comprensión lectora, el dato más preocupante, puede conducir a un amplio sector de la juventud al analfabetismo funcional.
Una de las recetas es clara: menos gramática y más lectura en la escuela. También en casa y en cualquier otro lugar.
Tercera. El uso indiscriminado y sin pautas de las Tecnologías de la Información genera dispersión y falta de concentración. Se precisa una sostenida intervención adulta para estimular el análisis, la reflexión y la optimización de unos nuevos dispositivos en los que se mezclan viejos y nuevos lenguajes.
Cuarta. En contra de lo que suele decirse demasiado habitualmente –sobre todo en los medios de comunicación– lo que se precisa no es el refuerzo de las pedagogías tradicionales y duras sino la extensión de las pedagogías innovadoras. Basta una lectura atenta de las preguntas que hace PISA para darse cuenta de su perfecta sintonía con los postulados educativos innovadores.
Quinta. El clima de trabajo, la relación educativa y la convivencia son factores claves para la mejora de la enseñanza. Un orden disciplinario don de esfuerzo y placer anden aparejados. Porque si ya es sabido que la letra con sangre no entra, también se sabe que sin el deseo del alumnado no entra nada.
Sexta. La autonomía escolar es otro de los iconos del cambio. Para gestionar proyectos pedagógicos diversos bajo un liderazgo fuerte que garantice el trabajo colaborativo y la cohesión de los equipos docentes.
Séptima. El modelo de reforma de la Secundaria tiene algunos escapes que no se arreglan. La comprensividad no acaba de encontrar remedios para atender al alumnado que va mejor y, sobre todo, al que va peor. Demasiados fracasos y abandonos prematuros y posteriores.
Octava. Más inversión en educación –estamos un punto por debajo del promedio del PIB de la Unión Europea– es del todo necesario, pero no es suficiente. Hay que medir bien las inversiones para atender las prioridades y no malgastar el dinero público. PISA también lo demuestra: con frecuencia el presupuesto no incide en los resultados.
Novena. El profesorado, huelga decirlo, es una de las piezas clave sino la que más. Por eso hay que mejorar los procesos de selección, de formación inicial y permanente, de promoción y de evaluación. Basta de miedos y corporativismos y vía libre a los mecanismos externos de evaluación y promoción.
Y décima. Lo hemos reivindicado un montón de veces: un pacto social por la educación, con corresponsabilidades y complicidades sólidas y duraderas. Para que la educación esté presente en todas las manifestaciones y rituales de la tribu.
Se entiende mal lo poco que se lee. El déficit en la comprensión lectora es el dato más preocupante


( Nota: Estimad@s colegas les enviamos una relexión española para meditar en vacaciones)

No hay comentarios: