lunes, 24 de noviembre de 2008

EDUCAR PARA LA CONVIVENCIA

“Yo creo que no hay una pauta que uno pueda poner de su vida al margen de la de los demás. La vida es una transacción con otros. La vida es un gesto social con otros”.
(Fernando Savater)

Educamos erróneamente para vivir en sociedad
Hay niños que cometen hechos deleznables que no lo hacen por odio sino por carencia de ajuste social, por estar huérfanos de valores, de criterios, por adolecer de evolución moral. Niños famélicos que socialmente han padecido una dieta donde se les ha suministrado derecho a exigir, a dictar, a ser individualistas, a centrarse en sus intereses y se ha olvidado de administrarles el derecho a ser condescendientes y generosos, a saber esperar, ser tolerantes y solidarios, a pensar en los otros, en el prójimo.
Oímos a menudo «es tan difícil educar» y pienso: más mérito tiene educar tan mal, ¡que falta de amor, dedicación, de esfuerzo, de coherencia!
Se argumentará: «Esta sociedad es muy compleja, no sabe la presión de su grupo de amigos, en los medios de comunicación hay una cascada de violencia y sexo (muchas veces inseparablemente unidos), hay droga...». Es cierto, ¿quién lo niega? Pero, ¿por qué hay niños-familia- contexto sanos?
El informe Delors, elaborado por la UNESCO por una comisión internacional, sobre la educación del siglo XXI señala los 4 pilares de la educación: “Aprender a hacer, a conocer, a vivir juntos y a ser”.

Educar en el ser
Hay que educar: en el honor; en la palabra dada que se cumple, en la fidelidad, en la verdadera amistad, en la dignidad, en el dominio de sí mismo.
La interiorización de reglas, valores y juicios es una parte importante del desarrollo social y moral.
Ser (persona) es mucho más importante que tener (objetos).
Motivarse para vivir el día a día, ilusionarse con las pequeñas cosas, tener afán de superación, compartir buen humor resulta fundamental.
Ser (persona) supone adquirir y cumplir los compromisos, interesarse de verdad por los demás, entender lo esencial de la vida, ser respetuoso consigo mismo y con los demás, vivir como igual al otro a pesar de las diferencias aparentes, disfrutar del ocio y del trabajo bien hecho.
Ser (persona) conlleva no ocultar los errores o acciones mal realizadas aunque como consecuencia se reciban sanciones.
Ser es solidaridad, sensibilidad, apreciación de las artes, de los animales, de la naturaleza. Capacidad para perdonar, interés por lo grupal, buscar la armonía, el equilibrio.
Ser es emocionarse con un gesto, mirar la historia, contemplar las distintas culturas.
Ser es aceptar nuestra finitud, entender el papel del ser humano en el amplio mundo, relativizar la importancia del yo.
Es buscar la felicidad en lo sencillo, aceptar los malos momentos. Crecer.

Educar en los sentimientos
Hay que educar en los sentimientos, en la apreciación de la riqueza de los mismos, en saber expresar los propios, en captar y entender los de los otros. Uno de los grandes fallos de la educación es que desde pequeños no nos enseñaron el juego de «Ponerse en el lugar del otro» o el de «El que no sabe lo que siente, pierde».
En aprender a conducir la propia vida, y manejar las relaciones que se mantienen con los demás.
Los niños deben saber dirigirse a los otros para consultar o para negarse a sus solicitudes. Expresar las emociones y necesidades, facilitan el equilibrio psíquico.
Inteligencia es un concepto global, cognitiva y afectivamente. ¿Cuántas personas vemos que son sobresalientes profesionalmente, pero desequilibradas emocionalmente? Su vida fracasa.
Los sentimientos, son un material inflamable.

Educar en la ética
Desde el nacimiento y mediante el fuerte vínculo emocional entre los padres y el hijo se ha de ir transmitiendo la conciencia moral que aflorará hacia los 6 o 7 años (como nos indicaron Piaget y Freud).
Hay que educar a los niños en el respeto, la sensibilidad y el cuidado hacia los animales, hacia los ancianos, hacia los bebés, y en general hacia toda forma de vida.
Habrá de predicarse con el ejemplo en tantas situaciones cotidianas (respetar al desvalido, no colarse en los espectáculos, cumplir las normas) y explicar lo que está mal, razonar el por qué no se debe de hacer.
Si nos reímos cuando un viejecito tropieza y se cae ¿qué esperamos?
Permitir a un hijo que moleste a las personas de su entorno o reírle sus palabrotas y bromas pesadas es una buena manera de viciar su educación. Los valores cívicos arrancan con el respeto al prójimo.
Tenemos que erradicar la crueldad con los animales, la saña, hemos de hacer ver el sufrimiento de otras especies, de las plantas.
Aprovechemos las noticias para realizar valoraciones éticas. Expliquemos nuestras conductas de adultos y comprometámonos éticamente con nuestros hijos.

Educar en la igualdad
Hay que desarrollar el aprendizaje afectivo.
Como en todo es en la educación en los primeros momentos de la vida de los niños y sobre todo en el aprendizaje vicario, el modelaje, el ejemplo que vean, donde niños y niñas han de comprender lo que nos diferencia, pero siempre desde la igualdad en los derechos.
No esta mal que niños y niñas jueguen con muñecos y muñecas, para ir adiestrándose en el hábito del cuidado de los demás. Y desde el juego, no hemos de cercenar las posibilidades de desarrollo de niños y niñas, ni intentar doblegar sus tendencias y querencias. Lo cual no impide que desde el respeto a las diferencias, se busque alcanzar la igualdad en derechos y obligaciones.
Obviamente los niños y las niñas, se deben educar juntos.
Dentro del hogar habrá de establecerse un reparto igualitario en las tareas.
En la escuela tendrá que modificarse el currículum para que de verdad se valore el papel jugado por las mujeres en la historia, en el arte, en la cultura, en la política.
La educación no-sexista busca obtener que las niñas y mujeres alcancen plenamente las metas que se propongan, teniendo por techo su propia capacidad, pero no estando condicionada por ser mujer.
Que se erradique el mecanismo frustración-agresión. Se forme en la ética sexual. Se eluda la pornografía que identifica sexo y violencia. Se enseñe la sexualidad de forma no traumática, con asertividad. Se corte de raíz vivenciar el sexo como forma de dominio.
Lo trascendente es que desde niños, los varones aprendan a respetar sin reservas ni excepciones a las mujeres, que acaten lo que significa un : Nó, que acepten frustraciones, sin derivarlas en violencia.
Hay que integrar la lucha contra la violencia sexista dentro de una perspectiva amplia: la defensa de los derechos humanos.
Debe ayudárseles a que comprendan la naturaleza de la violencia de género.
Tienen que desarrollarse habilidades interpersonales alternativas a la violencia, que permitan expresar los conflictos y resolverlos de forma constructiva.
La intervención debe darse en todos los contextos: Familia, Escuela, Grupo de amigos, Medios de Comunicación, Ocio.
Se han de erradicar las discriminaciones sexistas (que excluyen a las mujeres del poder y a los hombres de la sensibilidad).
Las madres que tanto educan han de ser muy pro-activas a favor del respeto a la mujer, los padres obviamente y desde el ejemplo, también.
Cabe dialogar y aún discutir, no utilizar la palabra como una pedrada que hiere, pero nunca, emplear la fuerza física, la violencia.
Esta sociedad se tiene que feminizar, entendida como ser más afectiva, más sensible, más empática, menos dura, menos depredadora, competitiva y conflictiva.
Nadie, ningún ser humano pertenece a otro. La expresión “es mi mujer”, o “es mi hijo”, debe interpretarse como una forma de hablar o de entrega hacia esa persona, pero alejada de cualquier atisbo de posesión (¡ni pensarlo!).
Hay que educar en el respeto, en la asunción de diferencias, en la comprensión de que las perspectivas son subjetivas, en que lo que parece real y asentado varía con los años.
Vivir en pareja es difícil, no siempre existe el acuerdo, la sonrisa, la ternura, y debe estarse preparado para la discrepancia y aún la separación. Desde el dolor, el sentimiento de fracaso, pero la aceptación y el cariño acumulado que debe sobrevivir a la falta de expectativas de pareja en el futuro.
¡Cuánto más, si hay hijos comunes, el respeto y autodominio han de prevalecer, anteponiendo su interés (el de los hijos), al personal!
No, los hijos tampoco son “nuestros”, mucho menos “míos”. Es por eso que hemos de preparar a los futuros padres para asumir el posible hecho de la separación de una forma que con ser traumática, no ha de ser interpretada, ni reconducida como violenta.
Las perspectivas hoy son agoreras, tristes, oscuras, el machismo con el que se educa no invita al optimismo.
Cuando en un lugar público, se escucha a algunos varones las razones que suponen dieron paso al homicidio de una mujer a manos de su pareja, no sólo se entristece el ánimo, y se revela el ser de un ciudadano que no quiere prescindir de su condición, sino que se nubla el futuro.
En los hogares hay mucho, muchísimo que hacer en este tema. En lo que ven, en lo que viven los hijos, en lo que escuchan, en lo que dicen -y se les permite-, está un hombre -y una mujer- que es potencialmente un agresor, o que adopta un papel que repudia profundamente hasta la sola posibilidad de que esto ocurra.
¡Ni los chistes son inocentes en tema tan sensible! No hagamos dejación de la función educadora.
Preguntemos a los hijos, -¿cómo interpretan su virilidad, cuando son rechazados, y aún despreciados?, ¿cómo sienten?, ¿cómo se conducen?
La vida provoca accidentes, también emocionales y de género, el “cinturón de seguridad” es el autodominio, el “air-bag” las habilidades sociales para evitar el choque frontal, para salvar la autoimagen, el honor, sin dañar al otro (casi siempre la otra), mucho menos lastimarla, y aún golpearla.
Poner la mano encima de alguien es inaceptable, hacerlo en nombre de que se le quiere, se le ha querido, o se desea querer es abominable.

Educar en la tolerancia
En la nueva realidad multiétnica han de implantarse semillas no sólo de tolerancia sino de solidaridad.
Hemos de saber transmitir a los pequeños que lo distinto enriquece, que el arco iris es bello por la policromía de sus colores.
España está viviendo la llegada de un importante número de emigrantes del norte de África, de Iberoamérica y del Este de Europa y debe adaptarse tanto estructuralmente -lo precisa y demanda pues tendrá poca población activa y hay puestos de trabajo que los españoles rechazan-, como mentalmente. Habrá que dedicar un gran impulso y sobre todo continuado, para educar a los jóvenes en el valor a la aceptación y el enriquecimiento del mestizaje.
Hay que explicar lo que significa la inmigración a los hijos, mostrar a la persona, a los niños de otros países, para erradicar los prejuicios (por raza, sexo, color, religión).
Debe explicarse la dificultad de abandonar su tierra y a los suyos y además integrarse en el país de acogida.
Por otra parte, el número proveniente de niños inmigrantes del norte de África en búsqueda de trabajo seguirá en aumento. Habrá de desarrollarse la red social que les acoja y atienda, contando con educadores de su propia cultura y aumentar el número de acciones que favorezcan su integración respetando su cultura.
Por su parte los inmigrantes han de hacer un esfuerzo para integrarse en una cultura diferente y deben respetar el legítimo derecho de las sociedades occidentales a preservar su identidad.
La intersección de culturas exige adaptaciones mutuas. Hemos de evaluar con qué criterios se formará el niño que ve una realidad en su hogar absolutamente distinta de la de sus compañeros de clase.
Los sistemas educativos han de atender a la diversidad del alumnado y enseñar a respetar las diferencias, a valorar símbolos universales.

Enseñar a ser solidario
Hay que fomentar los mejores sentimientos y conductas hacia y con quien lo precisa (emigrantes; personas económicamente desfavorecidas; niños enfermos; ancianos con limitaciones; discapacitados).
Debemos facilitarles que desde pequeños se relacionen con personas de estos colectivos y de otras culturas, que se impliquen, que compartan sus juguetes (¡que regalen alguno nuevo!), que dediquen tiempo (¡su tiempo!), sin obtener ningún pago sino el privilegio de hacerlo, que desborden el significado de la limitada tolerancia, para disfrutar ayudando, comprometiéndose, sintiéndose interpelado.
Hay que incentivar la disposición para ayudar al resto, lo que propicia sentirse bien (en muchas ocasiones debiéramos dar gracias por esa eventualidad). Dar es una virtud y una suerte, hay gente que lo tiene todo ¿todo? y se siente vacía. Y es que, como dijo R. Tagore, «Buscas la alegría en torno a ti y en el mundo. ¿No sabes que sólo nace en el fondo del corazón?».
Educar en la amabilidad, en el altruismo, en el tú; promover la solidaridad, es decir, inculcar que nuestras acciones repercuten para bien o para mal en los demás.
Sentirse partícipe de este mundo, de este momento, convencerse de que los problemas por muy planetarios que sean, nos atañen y somos parte en su posible solución.
La solidaridad se ha de practicar desde que se posee “uso de razón”.
A los niños les enorgullece pensar que pueden ser útiles de verdad, hay que exigirles colaboración en las tareas domésticas, fomentarles labores prosociales y de ayuda a ONG(s).

Javier Urra
Psicólogo con la especialidad de Clínica.
Pedagogo Terapeuta. Psicólogo Forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid.
Profesor de Psicología en el Centro Universitario Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid).
Asesor y Patrono de UNICEF.
Primer Defensor del Menor (1996-2001).

jueves, 20 de noviembre de 2008

EDUCACION 2020

El 20% más pobre de los estudiantes tendrá la misma calidad de educación que el 20% más rico en el año 2020.

Ciudadanos y ciudadanas: le proponemos a cada uno de ustedes una acción concreta y personalizada por Chile.
La realidad: desastre educacional
La calidad de nuestra educación es una vergüenza nacional que nos ha costado y seguirá costando décadas de inequidad, baja productividad, y por ende, bajas remuneraciones.
Si bien existen muchos maestros buenos, motivados, y que se sacrifican en condiciones extremas, es preciso que reconozcamos la cruda realidad: el 40% de los alumnos que ingresan a estudiar pedagogía no puede extraer conclusiones de un texto simple. Cuando se transforman en profesores 4 años más tarde, siguen sin poder hacerlo, y así se convierten en educadores. Esto
está documentado.
No más del 10% de la población adulta de Chile - egresada de educación superior - entiende completamente lo que lee. Documentado.
Estos datos han estado disponibles y no hemos hecho nada. El mundo avanza vertiginosamente, y no parecemos darnos cuenta. Chile no va a ser jamás un país desarrollado si no resolvemos este lastre.
Esta es una injusticia que condena a la mayor parte de la población a una vida poco plena, poco productiva, dependiente de los recursos que la elite de turno quiera darle como gasto social. Es distinto regalar peces sobrantes, que enseñar a pescar.
No estamos aquí para culpar a nadie. Llamamos a no enredarnos de manera paralizante en disputas ideológicas, ni preservar parcelas de poder, se trata ahora de soñar Chile como país desarrollado y justo. Para hacerlo realidad, este es el proyecto país más importante, sin el cual el resto se esfuma.
Nuestra propuesta

Lo que importa es lo que ocurre dentro de la escuela y dentro del aula, no en el Ministerio de Educación.
Por ello, proponemos sólo dos metas, muy concretas y verificables:
Primero: todos los profesores tienen que tener - certificadamente - las mismas competencias de sus pares en países como Finlandia o España. Todos. El que enseña en un colegio del barrio alto de Santiago y el que enseña en una escuela rural.

Segundo: los directores de esas escuelas deben tener las competencias requeridas, los recursos y sobre todo las atribuciones necesarias para poder liderar el proceso educativo.
Para lograr estas dos metas, desafiantes, pero simples y claras, se requerirán
muchas cosas:
• más y mejores jardines infantiles,
• modificación significativa del Estatuto Docente,
• evaluación docente inequívoca y transparente,
• retiro anticipado y digno de muchos profesores,
• entrenamiento de alto nivel y re-certificación para aquellos profesores
que tengan el potencial,
• concurso inmediato de los directores vitalicios de escuelas municipales
que aun persisten en el sistema,
• cierre de carreras pedagógicas espurias, que entregan títulos de profesor
a personas no calificadas,
• examen nacional de habilitación para nuevos maestros,
• fortalecimiento a nivel internacional de las carreras pedagógicas serias,
• uso intensivo de la televisión educativa y nuevas tecnologías para el aula,
• reducción del número de alumnos por aula donde se requiera,
• fortalecimiento de las atribuciones, capacidad técnica y ejecutiva de los
sostenedores de escuelas públicas,
• reparación o mejora de infraestructura deficitaria, y salas con una
condición climática aceptable,
• inmigración de maestros bilingües,
Lo más importante, por lejos:
• becas y una promesa de remuneración equivalente a la de un ingeniero,
abogado o médico, al momento de egresar, para que alumnos de buen
nivel, como los que ingresan a ese tipo de carreras, se interesen en
cursar una renovada y prestigiada carrera pedagógica, en un modelo
educativo basado en el rigor, los valores, la excelencia y el esfuerzo, de
profesores y sobre todo de los alumnos.
• posibilidad de entrenar en pedagogía a egresados de alto nivel de otras
carreras, que puedan hacer un gran servicio-país en escuelas deficitarias,
Lo difícil. Si queremos soñar este Chile mejor, se requieren tres decisiones
fundamentales.
Primera: Comenzar de inmediato. Realizar todo esto tomará no menos de doce
años, de ahí el nombre de este movimiento. EDUCACION 2020, para que el 20%
más pobre de los estudiantes tenga la misma calidad de educación que el 20%
más rico en el año 2020.

Segunda: Suscribir un pacto nacional educativo a 12 años plazo, que contemple
una negociación seria y constructiva con el Colegio de Profesores para
modificar y flexibilizar el Estatuto Docente, sentando las bases para una nueva
carrera docente de nivel internacional, y permitir que los directores de escuela
puedan ser líderes educativos, en lo administrativo y lo pedagógico.
Tercera: Asumir, como país, el compromiso de invertir recursos crecientes,
hasta llegar a más de mil millones de dólares anuales adicionales el año 2020,
para eliminar esta lacra.

Da igual si los recursos salen de impuestos o del cobre. En cualquier caso será dinero de todos los chilenos. Preguntémonos si vale la pena invertir 5 o 7 de cada mil pesos que produzcamos, para comprarle un futuro a Chile.
Son tres decisiones, ninguna funciona sin las otras. No basta con más dinero.
Corresponde al gobierno, los parlamentarios, los políticos de todo el espectro, y el Colegio de Profesores, asumir esta responsabilidad mirando a largo plazo y pensando sólo en el bien del país.
Este es un sueño que vale la pena y es un proyecto realista que - con fuerza de todos y un poco de suerte - puede reencantarnos y motivarnos a construir un futuro mejor, dejando atrás el individualismo y el escepticismo que nos corroe.

Aquellos que quieran ir más allá y apoyar formalmente esta propuesta, les pedimos que se registren, a partir de ahora en http://www.educacion2020.cl/
Imprimiremos esta propuesta, firmada por nuestros nombres y quienes se registren en el sitio web, e iremos respetuosamente a entregarla al Palacio de La Moneda, al Congreso Nacional y al Colegio de Profesores.
Si están de acuerdo, les solicitamos además que colaboren, transmitiendo esta petición a familiares, amigos, colegas, compañeros, otras federaciones universitarias, vía email, facebook, o por cualquier otro medio.

Cordialmente, y con esperanza

Mario Waissbluth, profesor del Departamento de Ingeniería
Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la
Universidad de Chile.
René Lagos, Presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de
Ingeniería de la Universidad de Chile.
Francisco Jeria, Presidente del Centro de Alumnos de Ingeniería de
la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Carolina Contreras, Presidenta del Centro de Estudiantes de
Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.

EDUCACION 2020
El 20% más pobre de los estudiantes tendrá la misma calidad de educación que el 20% más rico en el año 2020.

martes, 11 de noviembre de 2008

Santiago. La Presidenta Michelle Bachelet condecoró con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral a Richard Tremblay, director del Centro de Excelencia para el Desarrollo de la Primera Infancia, de la Universidad de Montreal en Canadá, por el aporte de sus investigaciones en materia de educación inicial.
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Richard E. Tremblay


Richard E. Tremblay preside la Investigación Canadiense en Desarrollo Infantil de la Universidad de Montréal y dirige el Centre of Excellence for Early Childhood Development. Miembro de la Real Sociedad de Canadá, es reconocido internacionalmente por su investigación en torno al desarrollo social infantil y la prevención de la violencia. En una época donde nuestro mundo civilizado sigue plagado por la violencia física, especialmente en los jóvenes, el Profesor Tremblay ha dedicado su carrera a comprender el desarrollo del comportamiento violento desde la infancia inicial a la adultez, y a experimentar con programas educativos que estimulan el desarrollo moral y social.

Obtuvo su B.A. de la Universidad de Ottawa, el M.Sc. de la Universidad de Montréal, y un Ph.D. de la Universidad de Londres en Inglaterra. Es miembro de numerosas sociedades científicas internacionales y fue distinguido con el premio Joan McCord de la Academia de Criminología Experimental y el premio Sellin-Glueck de la Sociedad Estadounidense de Criminología.

Hasta el momento, ha publicado más de 250 artículos en revistas científicas, más de 80 capítulos en libros y ha editado 13 libros sobre la educación y desarrollo infantil. El Profesor Tremblay es editor jefe de la mayor enciclopedia electrónica sobre desarrollo de primera infancia disponible en Internet, sin cargo alguno, en los idiomas inglés y francés. Sus publicaciones han sido traducidas al español, portugués, danés, italiano y francés. Tanto gobiernos como comunidades han solicitado su ayuda para iniciar programas de prevención y estudios longitudinales en Europa, América del Norte y del Sur.

Una de sus más importantes contribuciones a la investigación sobre educación ha sido la creación de amplios estudios longitudinales sobre desarrollo humano, que hoy abarcan desde el embarazo a la adultez temprana. Luego de una década de trabajo sobre la reeducación de adultos y delincuentes juveniles, llegó a la conclusión que la educación inicial probablemente sea la manera más efectiva de prevenir el desarrollo de delincuencia juvenil y la criminalidad adulta. Con sus colaboradores de todo el mundo, hoy realiza el seguimiento del desarrollo de más de 30.000 niños, y estos estudios han generados cientos de documentos científicos. Los bancos de datos creados por estos estudios longitudinales constituirán para las futuras generaciones una mina de oro en términos de información sobre desarrollo humano de fines del siglo 20 y principios del 21.

El Profesor Tremblay es uno de los más destacados expertos en educación para el desarrollo moral y social. Ha iniciado un importante cambio paradigmal con su trabajo sobre desarrollo de la agresión física durante la primera infancia. La investigación sobre desarrollo de la agresión intentaba responder la interrogante “¿cuándo y cómo aprenden los niños a agredir?” y el lugar apropiado para buscar la respuesta es durante la primera infancia.

En mayo de 2003, el Profesor Tremblay fue elegido por la Revista Time como uno de cinco investigadores canadienses cuyas investigaciones habían generado mayor impacto a nivel mundial. En su número especial dedicado a la violencia, la prestigiosa revista científica Science destacó su trabajo. Periódicos, radios, y canales de televisión a través del mundo también han destacado su trabajo. Regularmente es invitado a dar conferencias en las principales reuniones científicas internacionales, tales como la Academia de Ciencias de Francia, la Academia de Ciencias de Estados Unidos de A., y la Real Sociedad de Inglaterra. Ha recibido la medalla Innis-Guérin de la Real Sociedad de Canadá por su distinguida y sostenida contribución a la literatura en ciencias sociales, así como el premio ACFAS Jacques-Rousseau por notables logros científicos interdisciplinarios. Actualmente colabora estrechamente con James J. Heckman, Premio Nobel en Economía, en el diseño de un amplio programa para el análisis de información longitudinal recolectada en varios países industrializados.

El Profesor Tremblay también ha realizado algunos de los más importantes experimentos en educación para prevenir el desarrollo de comportamiento antisocial. El programa donde él investigó con niños problemáticos de kindergarten hoy es recomendado por la Academia Estadounidense de Psiquiatría infantil y Adolescente y por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos de A. como ejemplo de mejor práctica científica.

Finalmente, el Profesor Tremblay tiene un fuerte compromiso con compartir el conocimiento más allá de la comunidad académica. Su contribución más significativa en esta área es la creación del Centre of Excellence for Early Childhood Development y el Early Childhood Learning Knowledge Centre. Estos dos centros son redes internacionales con base en Canadá dedicadas a la transferencia de conocimiento científico a profesionales y formuladores de políticas.
La mayoría de los filósofos sociales, al menos desde Platón, han comprendido que la calidad de una sociedad depende de la calidad de la educación inicial que reciben sus futuros ciudadanos. El trabajo del Profesor Tremblay es ayudar a documentar estas intuiciones de larga data con datos longitudinales recolectados durante décadas, así como experimentos de última generación en el ámbito de la educación.

Al hacer entrega del Premio Léon-Gérin al Profesor Tremblay, el comité no sólo reconocería la importancia de su trabajo, sino que también reconocería la importancia de la educación inicial en el desarrollo de capital humano y social.